jueves, 3 de julio de 2008

CRÓNICAS DESDE UN PAÍS TROPICAL










Crónicas escritas a partir del año 1985 en Brasil y publicadas en la Revista El Sol de Junín, en la Pcia. de Buenos Aires, Argentina










ZUMBI DE LOS PALMARES


En Brasil, entre los Estados de Alagoas y Pernambuco, al sur del río San Francisco, se encuentra la sierra de La Barriga, escenario sudamericano de la más grande epopeya de la lucha contra la esclavitud.
Durante 100 años, desde 1597 hasta 1695 los negros resistieron con bravura a las imposiciones del Imperio Portugués, desde que 40 esclavos fugitivos de un Ingenio situado en tierras pernambucanas fundaron la primera Villa, después con el tiempo convertida en Mocambo o ciudad; con el pasar de los años surgieron varias ciudades, el conjunto de Mocambos se llama Quilombo, de esta forma nació el legendario Quilombos de los Palmares.
Su capital Macacos, llegó a tener en sus momentos de mayor esplendor más de 8.000 quilombolas, así se denominaban sus habitantes. La gran mayoría eran negros, pero había indios y blancos fugitivos. Por varios periodos comercializaron mercaderías en Puerto Calvo, territorio de Alagoas y vivían de la agricultura, la cría y la caza de animales.
Las constantes fugas de los esclavos, que escapaban del trabajo inhumano y las torturas, siempre fue motivo de preocupación, tanto de los holandeses que ocuparon Brasil durante más de cincuenta años como de la corona portuguesa, por eso los bandeirantes, que eran exploradores dedicados a conquistar tierras y matar indios, intentaron en varias oportunidades invadir ese amplio territorio de seis mil kilómetros cuadrados liberado por los negros, pero los accidentes geográficos hacían muy difícil la llegada. Por esta razón el Gobernador de Pernambuco Melo y Castro hizo un acuerdo de paz con Ganga Zumba, el primer rey del Quilombo de los Palmares, dándole la libertad de vientre, es decir que todo negro nacido en la sierra de la Barriga era libre, pero se prohibía la entrada de cualquier esclavo fugitivo de sus amos.
Ganga Zumba ante la posibilidad de acabar con la guerra y poder comercializar mercaderías libremente aceptó el acuerdo. Meses después sería traicionado por los dueños de las tierras y asesinado de una manera confusa.
Lo sucede Zumbi de los Palmares, quien se convertiría en el mayor icono de la resistencia negra a la esclavitud en el Brasil.
El nuevo Rey había sido raptado cuando era un recién nacido por incursiones de exploradores, llamados bandeirantes y fue educado por el padre Antonio Melo en la Villa de Recife, quien lo bautizó con el nombre de Francisco. Con 15 años recién cumplidos huyó y fue en busca de su lugar de origen, caminó por más de 130 km. dentro de una floresta cerrada y de abundantes palmeras hasta llegar a los Mocambos. Como era costumbre en los Quilombos, recibió una familia y un nuevo nombre. Con los conocimientos adquiridos enseguida supero a sus hermanos en inteligencia y coraje y a los 17 años se convirtió en General de Armas. Una especie de ministro de guerra en nuestros días.
Con el asesinato de Ganga Zumba, Zumbi fue elegido Rey y llevó la lucha por la libertad hasta el final de sus días.
Por orden de Don Pedro, Rey de Portugal, el Gobernador de Pernambuco convoca al bandeirante Domingo Jorge Velho, que según los relatos del obispo de Pernambuco, Don Francisco de Lima, “nunca había visto un bárbaro de tan mala calaña, que necesitaba de interprete, pues hablaba muy mal el portugués y tenía un ejercito de 3.000 hombres entre indios y mestizos y venía con 30 concubinas”.
En enero de 1694, en Puerto Calvo, se concentraron bandeirantes mercenarios de San Pablo, presidiarios sueltos para la lucha y soldados reclutados de la milicia pernambucana, en un total de 6.000 que junto a los 3.000 de Domingo Jorge Velho, componían un ejercito de 9.000 hombres.
Después de varias tentativas de invasión frustrada, llegó un refuerzo de seis cañones livianos con balas de 3 Kg. para poder moverse mejor en el accidentado terreno y acercarse a la empalizada que protegía al principal Mocambo. El 5 de febrero Zumbi y sus guerreros sufriendo la falta de municiones e intentaron un contra ataque sabiendo que sería su última esperanza, pero el ataque fue rechazado y los quilombolas fueron acorralados.
El 6 de febrero de 1694 el cielo rojo sobre la sierra de la Barriga podía ser visto desde muy lejos, era el fuego quemando Macacos, la capital de la Nación de los Palmares. El incendio extinguió la resistencia de la confederación de esclavos rebeldes.
Durante el mes siguiente las otras ciudades fueron cayendo una a una. Zumbi sobrevivió a la caída de Macacos y se refugió en la sierra de los Dos Hermanos en territorio de Pernambuco, donde inició una guerra de guerrilla junto a un puñado de combatientes negros. El 20 de noviembre de 1695 fue emboscado, asesinado y su cabeza expuesta en la plaza del Carmo de la ciudad de Recife.
La fecha de su muerte fue transformada en 1978, por el Movimiento Negro Unificado, como el día nacional de la consciencia negra.












FATÍDICO 11 DE SETIEMBRE




Arnaldo Pimentel es un hombre de casi 35 años, piel morena y cabellos ondulados. Nació en Recife, en el barrio da San Antonio, que antiguamente era una isla bañada por el río Capibaribe. Con 20 años embarcó en un petrolero y por más de una década visito trecientos puertos entre América, Europa y Oceanía.
Casado con una norteamericana, dejó la vida de marinero y se fue a vivir a Nueva York. Hasta setiembre del año 2001 trabajaba en una oficina de despachos aduaneros en el piso número 100 del World Trade Center. Aquel fatídico día 11, en que el mundo vivió unos de los ataques bélicos más espectaculares y mosnstruoso de los últimos años, Arnaldo salió temprano como de costumbre. “hoy será una jornada de mucho trabajo, promete ser cansadora, no volveré antes de las cinco” le dijo a su mujer que acabara de despertarse.
Pasadas las nueve de la mañana, Sheila fue hasta la cocina, calentó el cafe, fritó un huevo de pato, lo envolvió con jamón crudo y lo colocó dentro de un pan de hamburguesa. Abrió una de las ventanas y vió un bonito y agradable día de sol.
Minutos más tarde una vecina casi le hecha la puerta abajo, entró como un huracán y sin poder hablar prendió el televisor... En la pantalla aparecieron las imagenes de los aviones chocándose contra las torres gemelas, encuanto una nuve de humo y de polvo cubría parte del cielo de la isla de Manhatan.
“Arnaldo!, Arnaldo!” grito Sheila y cayó desmayada debajo de la mesa de la cocina volcando la taza de café.
Desesperada, con el rostro desfigurado por el terror vuelve a desmayarse cuando el Word Trade Center se viene abajo.

Reanimada por la vecina, enseguida tiene un acceso de vómito y un ataque de diarrea. Sentada en el inodoro, desgreñada, temblorosa y sudada como un animal, consigue discar los numeros del teléfono celular de Arnaldo.
-¡Hola! ¡hola! ¡por favor atendé! ¡por favor!
Su marido nunca podría escuchar, estaba dentro de una bañera con espumas deleitándose con los exuberantes pechos de una negra portorriqueña en un hotel de la Quinta Avenida.
Cuando Arnaldo intentaba descorchar un botella de vino Chandó el teléfono vuelve a tocar, al cabo de algunos segundos de duda atiende:
Hola...
- Arnaldo, sos vos, ¡dónde estás!
- En la oficina trabajando, donde querés que esté. Después te llamo...Descolgá porque en estos momentos estan entrando dos alemanes de una importante empresa germánica para una reunión de negocios...
- ¿Reunión?! ¿Negocios?! Pero donde estás, si un avión se chocó justo en el piso del edificio donde está tu oficina y lo tiró abajo.
- Pero que disparate estás diciendo.... ¡Por favor querida!, estás loca, tomate un calmante que a la tardecita llego y te hago unos mimos...chau, chau, ah... y no te olvides también de tomar un té de amapolas...
- ¡Arnaldo! ¡por Dios! ¡Arnaldo!
- Clik.









EL REY SAN SEBASTIÁN

Ya he dicho muchas veces que el llamado “sertão” nordestino del Brasil, es una región árida, donde de tiempo en tiempo soporta espantosas secas que llegan a destruir ciudades y promover verdaderos éxodos para los grandes centros del país.
Un pueblo sufrido, el sertanejo. Una tierra castigada por el diablo, el “sertão”.
Leyendo un ensayo de Roberto Pompeu de Toledo, me entero de un caso digno de la mitología greco-romana:
“Entre los años de 1837 y 1838, quiere decir que hace más de 160 años, un autoproclamado profeta de nombre Juan Ferreira, anunciaba la vuelta del amado Rey San Sebastián, que se encontraba transfigurado en mineral, confundido con el monolito llamado “Piedra Bonita” y que para volver a ser humano precisaba justamente de sangre humana, que derramada sobre la piedra lo haría resucitar glorioso y dispuesto a instalar un reino de justicia y de prosperidad.
El pueblo sertanejo, al cual nunca le faltó fe, no tardó en entender el pedido del profeta y así decenas de seres humanos fueron sacrificados, niños, en su mayoría. Sus cuellos eran descepados y sus cabezas tiradas contra la piedra, cuando faltaba gente, usaban perros, quien sabe la piedra, distraída, no notara la diferencia.
La policía finalmente intervino y lo hizo a la manera brasileña, masacrando a los seguidores del profeta.
Todos murieron entonando himnos religiosos”.


LA MAFIA DEL NARCOTRÁFICO







Ya en los primeros días de mi llegada a Brasil, allá por 1980, percibí que la antigua colonia portuguesa tenía tintes surrealistas espectaculares. Delante de este cuadro, las películas de Fellini estaban en pañales. Cierta vez escribí una crónica en el Diario de Pernambuco con este título: “Fellini ese pobre amateur” comparando el surrealismo de este país que en el norte tiene sus mejores exponentes.
Cuando los traficantes de armas y de drogas ocuparon las Villas Miserias, que aquí se llaman “Favelas”, en los morros de Río de Janeiro, crearon “zonas liberadas” de triste recuerdo en la Argentina de la época del dictador Videla.
Las autoridades competentes no tenían competencia para expulsarlos de sus reductos, entonces la municipalidad comenzó a urbanizar los morros, llevando luz, agua, cloacas, asfalto, escuelas etc. Una medida creada para reducir el poder de los delincuentes, que se convertían en héroes y protectores de esa sociedad que vivía de forma excluida y miserable. Estas obras eran acompañadas de campañas publicitarias gigantescas y de fuerte represión policial.
No adelantó de nada, el crimen organizado se fortaleció hasta límites cinematográficos. Y aquí viene la pinturita surrealista noticiada en los diarios cariocas:
“La municipalidad de Río de Janeiro va a instalar llaves de luces en los postes de iluminación pública de las favelas, para que cuando llegue la policía atrás de los traficantes, los bandidos puedan apagar la luces sin romper las lámparas a tiros, como es costumbre y así de esta manera, economizar decenas de lamparitas que salen caras a los cofres de la municipalidad”.




CONSULTORIO MEDICO




Algunos años atrás, abrí una firma de Asistencia Familiar en la ciudad de Caxias, estado de Maranhão, en el nordeste del Brasil. Entre los servicios prestados figuraban consultas médicas en el consultorio localizado en la propia empresa.
Cierta vez, un señor de unos 45 años llegó para inscribirse como socio y como era de práctica le mostré todas las instalaciones: sector de informática, departamento de ventas, auditorio, deposito, estacionamiento, etc cuando llegamos al consultorio, el señor observó una inscripción en la pared: CONSULTORIO ERNESTO CHE GUEVARA. Un pequeño homenaje que habíamos decidido con motivo de los 30 años del asesinato del libertador de Cuba de la época de Batista.
Al salir, el nuevo asociado me pregunta:
- ¿Cuales son los días que el doctor Ernesto atiende?
Sin demostrar la sorpresa que me causó la pregunta le respondí rápidamente:
- Infelizmente el doctor Ernesto ya falleció, pero el doctor Fabio atiende los lunes y jueves a partir de las 14hs.
Este buen señor salió satisfecho de la empresa no sin antes darme los pésames por el fallecimiento del doctor Ernesto.



OTRA DE GUEVARA

Horacio Ruiz es un artista plástico nacido en Tandil que conocí en la ciudad de Olinda, enclavada en el litoral Atlántico de Pernambuco. Después de una gira por Europa donde realizara exposiciones en Suiza y Barcelona me relató una historia curiosa con el nombre del Che Guevara, considerado hoy como el argentino más polémico del siglo pasado.
Yo recuerdo que en los años setenta, un grupo de chicos, en Junín, “bautizaron” la Avenida Julio A. Roca con el nombre del guerrillero, despertando la furia del intendente de turno. Esa misma avenida, años más tarde, con la autorización del Consejo Deliberante fue denominada Benito De Miguel, caudillo conservador de triste memoria para los obreros ferroviarios, debido a que en un discurso, el cual se tornó histórico, el famoso “Chivo” preguntó para qué los obreros querían zapatos y trajes, si lo “justo” era seguir usando alpargatas y mamelucos.
Verídica o no, esta historia se difunde hasta hoy.
Lo cierto es que, volviendo al inicio de mi relato, cuando Horacio Ruiz estaba en Europa haciendo una larga fila para sellar el pasaporte de entrada a Grecia, la selección Argentina acababa de ganar el Mundial de México y todo el planeta hablaba de la genialidad de Maradona. Horacio que poco le importaba el fútbol, ya estaba repodrido de que, cuando identificado como argentino, le preguntaran sobre el popular Dieguito.
En la mencionada fila no fue diferente, dos marroquíes iniciaron este diálogo:
- ¿Argentino? ¿Y que tal Maradona?
Y Horacio con rabia...
- ¡El Che Guevara también es argentino!
Como queriendo decir que teníamos gente más notable que el famoso jugador.
Y uno de los marroquíes lo mira sorprendido y le dice:
- ¿Che Guevara? ¿Y ese juega mejor que Maradona?











LOS VERSOS DEL TERO GHIONI




Fue un domingo de mañana, la ciudad antigua amanecía sobre los empedrados centenarios, en la esquina, atrás de la iglesia de los negros estaba José.
Vale la pena aclarar que hasta el inicio de este siglo, los católicos cultivaban un espíritu racista muy fuerte, a tal punto de no permitir la entrada de negros y mulatos a la iglesia “principal”, por eso existían iglesias para negros y para pardos.
Justamente detrás de la iglesia de los negros encontramos muerto a José, impecable, con una chombita colorada, pantalones azules y zapatos claros imitando a la gamuza. Los zapatos eran robustos de suela gruesa.
Lo llevamos al hospital. Ataque fulminante, dijo el médico de guardia. Lo llevamos a la morgue y lo pusimos arriba de una mesa de mármol. Su cara estaba prolijamente afeitada, los bigotes negros le quedaban bien sobre su piel morena. Ni parecía muerto; con sus manos sobre el pecho, daba la impresión que estaba durmiendo un sueño calmo a juzgar por la expresión del rostro.
Cuando llegaron los de la funeraria, los funcionarios del hospital lo acomodaron con respeto y al intentar cerrar el cajón, la punta de los zapatos no dejaba que la tapa lo pudiera cubrir. Intentaron forzar un poco, pero no hubo caso. Alguien le sacó los zapatos y los colocó un rincón. Y allí se quedaron quietos, mirando a su dueño salir rumbo a la calle.
Como luz. Como un rayo se me apareció “Corazón de Fulería”, que por mucho tiempo fuera mi libro de cabecera y en esa mañana de domingo se me hicieron nítidos los versos del “Tero” Ghioni:

“No digo que esté mal que junten mangos / que se rebusquen el buyón al horno; / pero atenti que todos vamo’ al horno / y un Domingo nos sobran los tamangos”.



JORGE LUIS BORGES



Fui de visita a la casa de un buen señor y amigo que me recibió eufóricamente, un apasionado por el tango y por la Argentina. Estaba ávido de conocer cosas, costumbres, hechos históricos, momentos políticos, en fin, “hambre’de información. Más tarde, en cuanto charlábamos, me extiende un papel, un artículo de Jorge Luis Borges que tiene como título “Instantes”, donde el laureado escritor dice entre otras cosas:
“Si yo pudiera vivir nuevamente, en la próxima vida trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, relajaría más.
Sería más bobo todavía de lo que he sido, en verdad bien pocas cosas llevaría a serio. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, viajaría más, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos...”
...”Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo en el comienzo de la primavera y continuaría así hasta el fin del otoño.
Daría más vueltas por mi calle, contemplaría más amaneceres y jugaría con más crianzas si tuviera una vida otra vez por la frente.
Pero, ya ven, tengo 85 años e sé que estoy muriendo”.
Este buen amigo cruza las piernas sentado en el confortable sillón que adorna su living y me pregunta:
- ¿Borges ya murió no es así?
- Sí, hace tiempo, le respondo, creo que tenía más de 90 años...
- Ah…
Abre la boca ingenuamente y me dice: “entonces cuando escribió este texto todavía estaba vivo...”
Reaccioné sin palabras, por supuesto.


ZAPATERO A TUS ZAPATOS







Era una ciudad pequeña del interior del nordeste de este Brasil continental, una ciudad en la llamada región del “agreste”, espacio de transición entre la Mata Atlántica y el Sertão.
La plaza principal tenía árboles y canteros, una parada de taxi casi enfrente de las escaleras de la iglesia, el banco “Do Brasil” y en la esquina la casa del Intendente Municipal. El sol quemaba el empedrado y de tan fuerte obligaba a los hombres a usar sombreros. Las mujeres caminaban bajo sombrillas.
Don Cícero era un artesano reconocido por su calidad y competencia, por eso el Padre, párroco de la iglesia del centro, lo contrató para restaurar el marco de una cavidad donde estaba la virgen de Fátima, en el lado derecho del altar.
Cícero comenzó a trabajar temprano y cerca del medio día cuando se disponía para ir almorzar, le pide a las otras personas que realizaban trabajos en la iglesia para no cerrar la puerta principal, ya que él iba para su casa más temprano y regresaría antes que todos ellos.
El artesano vivía cerca, a cincuenta metros de la esquina, enfrente de un barcito que solamente vendía jugo de caña de azúcar.
Al regresar encontró la puerta arrimada, la abrió sin ruido y sin dificultad y al dar algunos pasos vio sorprendido que el Padre José Gervasio estaba arriba del pequeño andamio midiendo y retocando el marco que él estaba restaurando. Inmediatamente se dirigió al campanario y comenzó a tocar las campanas, ¡Bam! ¡Talán! ¡Bam! ¡Bam! ¡Talán! ¡Ban! ¡Ban!
El Padre corriendo y arremangándose la sotana le grita:
- ¡Pare!, ¡Pare!, ¡Qué hace! ¿Está loco?
Y Don Cícero con la calma que le era peculiar le responde:
- Y que quiere Padre, como Usted estaba ocupado haciendo mi trabajo, a mí me dio no sé qué y me puse hacer el suyo.

EL RACISMO A LA ORDEN DEL DÍA



En 1888, Brasil, a travez de la ley “Aurea” decretada por la princesa Isabel acaba oficialmente con la esclavitud, casi un siglo después que algunos países de sudamérica.
Hoy, los últimos censos indican una población negra y mestiza de 65 millones de habitantes, esta población está localizada en las regiones noroeste y suroeste. En el sur del país, en paraná son más de tres millones, 600 mil en Santa Catarina y en Rio Grande del Sur hay más o menos 300 mil negros. En la época del Apartheid en Africa del Sur, los movimientos negros del Brasil decían que preferÍan aquel lejano paÍs para vivir, porque la discriminación era a la vista, un juego de terror, pero con reglas, en cambio en Brasil la discriminación era velada, hipócrita hasta límites inconfesables.
Y es una verdad incontestable. El Apartheid acabó en el Africa del Sur, pero aqui la discriminación aumentó.
Las personas de origen negra con menos de cuatro años de estudio suman % 5l,7%, segun el ultimo censo del 2000, el 99% de la población que vive en los presidios es de origen negra, se incluyen los pardos o mulatos . El 99% de la población que vive en las villas de miseria es negra. Negros son los choferes y las sirvientas. Todo el trabajo pesado es para el negro, así como las peores escuelas y los hospitales desvastados.
En una oportunidad, un joven blanco que vendía sandías en una almacén de barrio tuvo que atender a un negro de gran porte físico, casi dos metros...
- Me dá media sandia por favor, dice el negro.
- La sandía la vendemos entera...
- Pero yo quiero solamente la mitad...
- Ya le dije que no, solamente entera.
- Por favor - insistió el negro- me vende media...
El joven entra a otra dependencia del almacén y habla con el patrón sin darse cuenta que el negro lo había seguido.
- Patrón, allí afuera hay un negro sucio, como todos los negros, que insiste en comprar la mitad de una sandía...
En ese instante mira de reojo y lo ve al negro detrás de sus espaldas y como un rayo completa:
- y este muchacho quiere llevar la otra mitad.


EL REI MOMO

Um grupo de mujeres, desde hace muchos años, se disfrazan todos los martes de carnaval para salir en una murga sin que los maridos sepan de esa alegre participación. La mayoría de ellos son tipos contrarios a que sus esposas participen de la fiesta de Momo.
Las mujeres se concentran, por algunas horas, dentro de la cancha de basquet de un club, allí, con mucha alegría y desparpajo beben cerveza en grandes cantidades antes de caer en el ritmo carnavalesco. Buena parte de ellas le mienten a sus esposos diciendo que pasaran el carnaval en ciudades del interior, con sus padres, parientes o amigas.
La murga siempre es un gran suceso entre el público y según la leyenda, muchos maridos ya murieron sin saber que sus mujeres caían en los brazos del Rei Momo.
Cierta vez, terminada la farra, un grupo de mujeres disfrazadas pasaba bailando y cantando por un bar donde se encontraba Roberto, que sin perder tiempo se prende y se pone a saltar con ellas, una de las mascaritas lo apreta de forma singular, y bailando y saltando Roberto la va empujando hasta el baño donde practica sexo con la mujer sentado en el inodoro.
Días después, entre amigos, él comenta la hazaña y con cara de enamorado dice: “Estoy tratando de imaginar su bello rostro. ¡Que mina super buena!
Roberto jamás va a saber que la mascarita “super buena”era su propia mujer.


LOS PANTALONES DEL GOBERNADOR




- ¡Párese para morir como un hombre!
Y Juan Pessoa se paró.
Al principio del siglo pasado, Brasil estaba dividido en Provincias, cada provincia tenía su presidente. Juan Pessoa era el Presidente de la Provincia de Paraíba.
Juan Dantas era su adversario político.
El Jefe de la Policía, que según historiadores había conspirado por ambiciones políticas - personales divulgando de manera pública correspondencias entre Juan Dantas y una mujer casada, fue el responsable por uno de los crímenes más famosos del siglo XX.
En honor a la verdad, el amor entre los dos era apenas platónico, pero el hecho de que ella era casada constituía un verdadero delito, por eso el adversario de Juan Pessoa se refugió en Pernambuco prometiendo matar al Presidente creyéndolo responsable por la citada divulgación de las cartas.
Meses después por razones de convivencia política y económica, Juan Pessoa visita Recife, visita que fue ampliamente publicitada y su itinerario publicado en los diarios de la época.
No fue dificil para Dantas localizarlo en una confitería de la Calle Nueva, donde el Presidente de Paraíba estaba acompañado del Gobernador de Pernambuco Agamenón Magallanes.
Juan Dantas dentro de un impecable traje de color blanco, se acercó a la mesa de los dos jefes y sacando un revolver de calibre 38 le grita a Juan Pessoa:
_ ¡Párese para morir como un hombre!
Y Juan Pessoa se paró.
Milésimos de segundos antes del primer tiro, el Gobernador Agamenón Magallanes, debido al susto, realizó sus necesidades fisiológicas en los propios pantalones de fino casimir ingles, hecho que la historia oficial esconde bajo siete llaves.
Muerto el Presidente, Juan Dantas fue llevado a la cárcel, donde meses después muere de forma misteriosa. Suicidio alegaron las autoridades.
El jefe de Policía de Paraíba terminó gobernando la Provincia.
Hoy, en el inicio de un nuevo siglo, todavía no se sabe si la muerte de Dantas fue realizada por venganza, por el llamado “quemar archivos” o por la vergüenza que este le hizo pasar al gobierno pernambucano, cuando Agamenón Magallanes salió chorriando mierda entre el pueblo allí reunido.




ISRAEL SEMENTE

- ¡Ellos vienen llegando! ¡Ellos vienen llegando! ¡Me persiguen, me persiguen! Los milicos me hicieron una emboscada en el puente de la rua vieja... ¡Me quieren matar, me quieren matar!
Tiritando y transpirando frío, Israel, un músico que en los años 70 había conocido los granes palcos del país y había participado del legendario Ave Sangría, me pedía por favor que lo escondiera en el caserón de la Rua da Soledade que yo alquilaba en el barrio de Boa Vista.
- Calma, calma, los gorilas hacen tiempo que están en los cuarteles, vení, vamos a descansar, vení...
Al otro día Israel hastiado de enfrentar crisis tras crisis y visiblemente debilitado, se fue al interior de Pernambuco donde vivían sus hermanas y donde encontraría paz y tranquilidad.
Meses después volvió con más kilos, con buen color en el rostro, desintoxicado e increíblemente rejuvenecido.
Pero Recife, ciudad ingrata y fraticida, no le daría sosiego, lo volvería a masacrar una y otra vez, una y otra vez...
Hasta el día en que Israel Semente se cortó los pulsos y la vida se le fue por sus venas azules, que hicieron un surco de sangre en el piso inmundo de la pieza de pensión.

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